Donantes conocidos vs. anónimos
Un donante conocido es alguien que la receptora o el futuro padre conoce y selecciona personalmente. El donante puede ser un pariente, un amigo u otro conocido, o puede haber sido encontrado a través de un anuncio, una red de contactos o una investigación en línea.
Los donantes que se localizan a través de un programa de emparejamiento o un criobanco suelen denominarse donantes "anónimos". Un término mejor es "donante no identificado". La probabilidad de que un donante permanezca en el anonimato en esta época de pruebas genéticas directas al consumidor es poco realista.
El proceso de localización de un donante conocido evita el gasto que supone mantener un programa de captación comercial o de un centro de fertilidad. Algunos donantes y receptores se sienten más cómodos teniendo una conexión personal y directa y compartiendo el proceso de donación entre ellos. Comprender los antecedentes familiares, el estilo de vida, la personalidad, la motivación y la integridad de la otra parte puede influir en la decisión de trabajar con alguien conocido. Las partes también pueden considerar el futuro hijo y la posibilidad de un contacto futuro o incluso continuo con el donante. Aunque en una situación de donante no identificado también se puede llegar a un acuerdo para el contacto futuro, los aspectos prácticos pueden ser complicados o inviables, por lo que la elección de un donante conocido puede facilitar el proceso.
Trabajar con un donante conocido puede tener desventajas: expectativas poco realistas sobre la relación entre las partes y con el niño, coerción, confidencialidad y, posiblemente, una interrupción de su relación personal. Además, en algunas jurisdicciones, el donante puede tener que someterse a un proceso formal de cese de la patria potestad, lo que puede aumentar el coste total.
Especialmente en el caso de donantes conocidos, y sobre todo con miembros de la familia, es absolutamente crítico que todas las salvaguardias generalmente seguidas (un acuerdo legal por escrito, representación legal independiente, consulta psicológica y examen y evaluación médica) estén firmemente establecidas. Su familiaridad con el otro no debe ser una tentación para saltarse ninguno de los pasos del procedimiento. Disponer de un acuerdo legal por escrito que aborde todas las cuestiones y los posibles problemas futuros entre las partes es absolutamente esencial. Estas salvaguardias proporcionan a todas las partes información importante, garantizan que todos puedan dar su consentimiento con pleno conocimiento de causa y que los derechos e intereses de todos estén protegidos. Si alguna vez se produce una disputa, es más probable que se cumplan las intenciones de las partes si existen las protecciones habituales.